Novos cátaros para Montségur
Los Nuevos cátaros de Saint Loup
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Hace ya algún tiempo que esta hermosa novela de Saint-Loup “Noveux Cathars per a Montségur”fue traducida al catalán, “Nous Catars per a Montsegur” circulando al parecer, su corta edición en un restringido número de lectores. La editorial portuguesa Huguin, en el año 2003 también encargó su traducción y posteriormente se editó “Novos Cátaros para Montségur”, saliendo a los grandes circuitos comerciales del libro en nuestro país vecino y siendo un éxito de ventas. Por tanto a día de hoy podemos disfrutar de este libro en dos lenguas de nuestra península ibérica. Esperemos que para los lectores en castellano, pronto se anime una editorial a cometer su estreno para los castellano-parlantes.
Decíamos que ha sido éxito de ventas en Portugal y es que curiosamente, las novedades editoriales relacionadas con temas vinculados al Nacionalsocialismo histórico y la IIª Guerra Mundial, sigue siendo según parece, de un enorme interés para el gran público. Ahí tenemos las ventas y las cifras que lo demuestran.
La temática de la novela es atractiva: se rememora la cruzada contra el Grial, contra los albigenses; aparece la Orden Negra de las SS y toda su aureola de misterio; los dominicos y los nuevos cátaros se enfrentan en pleno siglo XX con discusiones teológicas; la guerra divide a los antiguos amigos por caminos diversos…todo ello en un espacio geográfico determinado, el Languedoc, bajo el enorme influjo de esos gigantes en “dormición” que son los Pirineos. Saint-Loup nos adentra y conduce el alma a través de esta ágil y hermosa novela romántica, que sin duda dejará a nuestro espíritu inquieto y con un anhelo de búsqueda tanto interior como exterior, tal cual como acontece a sus personajes principales.
La novela sin duda tiene algunos tintes autobiográficos. Según la biografía realizada por una persona que conoció, trató y tradujo obras de Saint-Loup -el infatigable J. Bochaca- nos relata que Marc Augier, auténtico nombre de nuestro escritor galo, nació en Burdeos el 19 de Marzo de 1908 y en 1935, siendo miembro del Partido Socialista francés, fundo con unos amigos los “Albergues Laicos de la Juventud”, siendo uno de sus principales animadores e impulsores. En 1936 fue secretario de Estado para deportes y tiempo libre y en 1937, fue delegado por el gobierno francés como representante de su nación al Congreso Mundial de la Juventud, donde escuchó los ataques del “muy neutral” presidente americano Roosevelt contra Alemania, Italia y Japón. Al regresar a Francia, abandona el P.Socialista Francés y pasa a formar parte de la disidencia del Partido Socialista Nacional de Marcel Déat.
En 1942 combate en la Legión de Voluntarios Franceses (L.V.F.) con el grado de sargento en el frente ruso. En 1944 es oficial político de la división Waffen SS “Charlemagne”, siendo pionero y divulgador del “europeísmo” frente al “pangermanismo” imperante. El 15 de Abril de 1945, según nos dice J. Bochaca, “abandonó el reducto alpino y regresó clandestinamente a Francia por la montaña”. Huye a Sudamérica y entra como consejero técnico del ejército del General Perón, donde logra ascender hasta el grado de Teniente Coronel y durante su estancia argentina, recorre la Cordillera de los Andes y la Tierra del Fuego. Regresa a su querida Europa, retorna a Francia en 1953 acogiéndose a un indulto del gobierno galo.
Hasta aquí tenemos una breve biografía de la vida de Marc Augier (Saint-Loup) y como podremos apreciar, el personaje principal de nuestros “Novos Cátaros”, tiene mucho en común con su creador literario. Los paralelismos son evidentes y por tanto determinadas circunstancias propias de Saint Loup se convierten en auténticas analogías para su personaje principal. Roger Barbaïra, es un amante de la montaña, disfruta y participa de los “Albergues Laicos”, se encuentra con la guerra y combate también del lado alemán. Regresa derrotado y se refugia en la montaña, “esperando impacientemente al sol, y tanto es así que a través de la carne descubre el origen material de los cultos solares” (página 204). El exilio interior y exterior afianzan su inquebrantable fe. Se casa y tiene hijos. Es un apasionado de las motos y de los coches. A semejanza que Roger Barbaïra con su hijo, Saint-Loup pierde a su hija Bárbara en un accidente de moto.
A través de tres luces, tres tonalidades por las que sus dos personajes principales, Roger Barbaïra y Auda Isarn, discurren y se transmutan como si de una obra alquímica se tratase. Luz Azul, Luz Roja, Luz Verde en su traducción portuguesa; Tonalidad Azul, Tonalidad Roja, Tonalidad Verde en su traducción catalana. Tres luces, tres tonalidades que podrían corresponder a 3 etapas de sus vidas; nacimiento, muerte y resurrección.
El Nacimiento; efervescencia de la juventud, romanticismo, amor por la naturaleza y el deporte, pasiones y dilemas en torno a la política, descubrimiento de la historia de su Languedoc.
La Muerte: aparición de la 2ª Guerra Mundial, división del grupo de amigos y discurrir trágico de la vida. Nadie queda a salvo tanto física como anímica y espiritualmente después de los impactantes acontecimientos de la guerra.
La Resurrección: los personajes, valga la redundancia, se establecen y se estabilizan en la vida de modos diversos, reencontrándose y retomando viejos sueños, no siendo sino sorprendidos por los diversos destinos de sus vidas.
Prácticamente todos los personajes que aparecen al comienzo de la novela, sufren esta transformación, sus vidas serán influenciadas por el encuentro con un personaje muy peculiar: Otto Rahn. La búsqueda de Otto Rahn y del Grial impacta a Roger Barbaïra, descubriendo la verdadera historia a los personajes del libro. Se inicia entonces la búsqueda de esa piedra, de esa escritura pagana cifrada, puesto que “el Grial es talvez el último mensaje de los Hiperbóreos antes de su desaparición” (Pág. 30)
El comienzo de la novela sucede en un albergue laico en los Pirineos, donde el buscador del Grial, Otto Rahn, conoce al joven de Carcassone Roger Barbaïra y a la bella neo-cátara Auda Isarn. Otto Rahn les desvela el significado del Grial a los jóvenes montañeros, les despierta el amor por Occitania y su trágica historia. Junto a ellos hay otros personajes, amantes de la montaña en general y nacidos en diversos lugares del Languedoc. Ellos son los jóvenes comunistas Marius Chabrol y Esteve Caberol, el amante de la historia occitana Guyot Peyrat , los represaliados y asesinados a manos de la “Resistencia” Lou Ganet y Raymond Ferrocas, además de otros personajes como Robert Robuffay, Jordi Couquet y Gaston Reboul.
La aparición de Otto Rahn es corta pero su influencia es enorme, puesto que en el personaje principal, Roger Barbaïra, le hará despertar en su interior el recuerdo de la memoria de la Sangre. La nobleza “faydit” será para el protagonista Barbaïra “un comportamiento, no una cuestión de archivos” (Pág.72), eje central de su vida, así como el neocatarismo lo será para Auda.
No debemos de “destripar” más el argumento de este bello cántico a la libertad y al honor, puesto estás páginas son sin duda un bello canto más que una novela al uso. Solo animar a los lectores de Tierra y Pueblo a nadar en estas letras, a iniciar el camino de regreso al Grial tal como nos invita el autor, volver a Montségur y de nuevo permanecer firmes en los viejos sueños.
Como anecdótico, diremos que constantes y curiosas son las alusiones que hace Saint-Loup a los coches y a las motos. Y según parece, él era un apasionado del motor, de la mecánica. Es simpático el tratamiento que le ofrece a los motoristas, una especie de nuevos caballeros andantes, que en su novela incluso bautizan a sus máquinas… Norton, Citröen, VolksWagen…expresión del genio mecánico europeo que Saint Loup tanto le gustaba y que incluso ha dedicado algunas novelas al tema, como por ejemplo “Diez millones de orugas”, en torno a las realizaciones de la VolksWagen, o la biografía del constructor de automóviles Renault de Billancourt, además de “Una moto para Bárbara”, como recuerdo de su hija, motorista como él y fallecida en accidente de tráfico.
Comentaba un buen amigo mío que en Saint-Loup veía reflejado el espíritu de Tierra y Pueblo, de ese amor incondicional a las patrias carnales de nuestra Europa, y creo que no le falta en absoluto razón puesto que en “Novos Cátaros para Montségur” ese espíritu se percibe sin duda alguna y conociendo sus obras se reitera esa visión pura, limpia y veraz de la Europa de las Etnias, la Europa real y tradicional, frente a este mercado común o a esa denominación del nacionalismo burgués como Europa de los Pueblos.
Para finalizar, debemos mencionar que nuestro novelista Saint-Loup es productor prolífico, puesto que en su haber constan alrededor de unas 30 obras, según la breve biografía realizada por J.Bochaca, que a continuación reproducimos:
Antes de 1945
“Yo he visto Alemania”
“Los Partisanos”
Después de 1945
“Cara Norte”
“La Noche empieza en le cabo de Hornos”
“La piel del Uro”
“Renault de Billancourt”
“Marius Berliet, el inflexible”
“Los Voluntarios” (sobre la Legión de Voluntarios Franceses)
“Los Heréticos” (sobre los Waffen SS franceses)
“Los Nostálgicos” (subtitulado “Aventuras de los Supervivientes”)
“Los SS del Toisón de Oro” (flamencos y walones combatiendo el comunismo)
“La División Azul”
“Diez millones de orugas”
Sobre las patrias carnales y su renacimiento, estos relatos
“No hay perdón para los bretones”
“Nuevos cátaros para Montségur”
“La república del Mont Blanc”
“El país de Aosta”
Novelas con fondo histórico
“Los Veleros fantasmas de Hitler”
“El Boer ataca”
“El rey blanco de los patagones”
“El Mar no quiso”
“La montaña no quiso”
“Los amigos de la Belle Etoile”
“Los Esquiadores de la Noche”
“Montaña sin Dios”
“La sangre de Israel”
“Una moto para Bárbara”
Y la que algunos consideran su mejor obra, “Gotterdamerung. Encuentro con la Bestia”.
Federico Traspedra
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