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O Romanticismo Galego

O Romanticismo Galego

Si la agitación espiritual de comienzos del siglo XIX repercute en todos los pueblos europeos, especialmente había de conmover nuestra dormida conciencia celta, apta como ninguna para recoger en su seno y transformar en pródigas cosechas las románticas semillas. Un historiador de la época diputa a la tierra gallega por tan romántica como Suiza y como Escocia, amén de plagada de viejos recuerdos irlandeses de céltico sabor; y en verdad que si lo celta y lo romántico atesoran notorios parecidos pocas ocasiones para aquella ola de literatura ilusionada como esta circunstancia gallega.


Por lo demás, en tales años era casi total el abandono de la lengua gallega como forma de expresión culta. Algunas veces se encuentran raros textos; pero siempre romances o copillas de tono menor, cuales la letrilla gallega a las bodas de Fernando VII en 1828 o aquella otra dedicada a Isabel II en 1843, al ser declarada la mayoría de edad. Tanta era la decadencia, que los mismos promotores del empujón romántico, un Nicomedes Pastor Díaz o un Antolín Faraldo, escriben casi exclusivamente en castellano, y ha de esperarse a Rosalía de Castro para recoger los frutos de la vibración romanita en el terreno de la literatura específicamente gallega.

 

Los frutos del romanticismo fueron tres hallazgos que constituyen el punto de partida para la restauración espiritual de Galicia: primero, la determinación de lo histórico como regla social, al estilo de lo que hace Nicomedes Pastor Díaz; segundo, el redescubrimiento de la personalidad de Galicia en un sentido tradicional, avance que se liga a los nombre de Antolín Faraldo y Benito Vicetto, y tercero, hallazgo del folklore gallego, anticipo de Freire de Castrillón que lozanamente madura Rosalía de Castro.

 


Las estelas que el romanticismo gallego deja tras de sí son dos: el reencuentro con la intimidad del paisaje, por lejanías de Añón, por separación en Lamas Carvajal y por salto atrás en la intimidad espiritual en Pondal; y la fábrica madura de la Galicia histórica y tradicional en la serie que culmina con la obra de Ramón Otero Pedrayo.

(extraido do blogue Antigo Reino)

 

 

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